Hay viajes que no se cuentan tanto en kilómetros, como en silencios compartidos, en conversaciones agradables o en paisajes muy verdes.
Del 30 de marzo al 5 de abril emprendimos, una parte de la sangha, un pequeño gran camino: desde O Pedrouzo hasta Fisterre. Seis etapas, en unos ochenta kilómetros atravesando prados preciosos, cuestas, lluvias, riachuelos, dolores… y también risas, pausas para escuchar el canto de los pájaros, hacer algunas fotos, y meditaciones que nos hacían volver al centro y poner intención en el proceso.
Hay un camino externo y un camino interno, nos iba recordando Lama… Caminamos juntas y juntos para atravesar Galicia y también nuestros límites físicos y nuestros pensamientos. Algunos llegaron puntualmente, otros tuvimos retrasos y pérdidas de transporte, y es que antes de llegar a tierras gallegas, ya estábamos purificando. Caminar a solas, en ocasiones, era la mejor opción por el dolor de rodillas, y otras veces, era una opción para meditar, recitar mantras o simplemente respirar. También caminamos practicando la atención plena, la presencia, con la intención de dejar un rastro luminoso para los que vinieran detrás…
En varias ocasiones paramos a meditar bajo la guía del Lama, en lugares que, incluso con los ojos cerrados, nos nutrían. También saboreamos cada llegada: ¡¡los pies descalzos por fin!!, la bebida bien fría, ¡¡la comida!!, el alivio de los estiramientos, y la magia de que cada día, parecía que nos costaba menos. Agradecemos el exquisito acompañamiento de Marga, y también la del equipo de coaches del evento “No solo coaching”, que, con tanta presencia, de alguna manera, sostuvieron también este viaje. No tengo palabras suficientes para describir todo lo que me ha nutrido e intuyo que así ha sido para todos.
Me siento afortunada por haber formado parte de esta experiencia, por el buen karma de haber compartido este camino, y más motivada con el dharma. Que todos los seres sintientes que lleguen a esas tierras se beneficien de la luz que hayamos podido dejar. Que podamos seguir caminando juntos y en presencia.
Gracias Lama, Nagpas, Marga, sangha…
Carmen Hernández Rosety
