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¿Para qué meditar?

Os invitamos a una reflexión:
¿qué hay en la vida que no pase por los filtros de nuestra mente?

Creencias, emociones, recuerdos de experiencias pasadas, positivas, negativas, la tensión vital, expectativas, sentimientos, sensaciones…desde la mente del meditador, todo son filtros que condicionan nuestra experiencia.

Estos filtros tienen la cualidad de cambiar constantemente, es por ello que ante una misma situación podemos reaccionar de manera muy distinta, dependiendo del estado mental que pondera en cada momento. Desde esta perspectiva todo lo que experimentamos depende de nuestra mente, de ahí el sentido del entrenamiento mental, la meditación.

El programa de meditación que aplicamos en Sangha Activa es un proceso paulatino de autoconocimiento. Llamado Grupos de Investigación en la Meditación (GIM). La mente se convierte en objeto de investigación usando la meditación como herramienta principal. Y compartir en grupo permite activar el clima ideal para realizar lo que trabajamos a nivel individual y observar que todxs vivimos retos bastante similares.

De entre el material mental que sacamos a la luz de la conciencia están los automatismos, por ejemplo. Es contenido mental involuntario que pasa desapercibido sin la atención mental necesaria. Pero que condiciona de manera determinante la dirección de nuestras vidas. No ser dueños de nuestro sistema operativo es una de las claves para estimular nuestro adiestramiento mental. Como estudiantes de meditación tratamos de no ser un barco a la deriva llevados por emociones, pensamientos y sensaciones.

Para ilustrar la importancia de establecer una relación a voluntad con la mente, os dejamos este antiguo cuento sobre meditación:

Era un aspirante espiritual con mucha motivación en aprender a meditar. Tuvo noticias de un sobresaliente maestro y no dudó en desplazarse durante horas hasta donde vivía para pedirle consejo.

–Respetado maestro, perdona que te moleste, pero mi gratitud sería enorme si pudieras proporcionarme una ayuda para mi aprendizaje en la meditación, puesto que tengo decidido retirarme al bosque durante unas semanas para meditar sin descanso.

–Me complace tu decisión. Ve al bosque y estate contigo mismo. Puedes reflexionar en todo aquello que decidas, excepto en monos. Trae lo que quieras a tu mente, pero no pienses en monos.

El discípulo se sintió muy contento, diciendo: “! Qué fácil es el tema que me ha proporcionado el maestro!; sí, realmente sencillo”. Se retiró a un frondoso bosque y dispuso una cabaña para la meditación. Transcurrieron las semanas y el aspirante puso término al retiro. Regresó junto al mentor, y éste, nada más verlo, preguntó:

– ¿Qué tal te ha ido?

Apesadumbrado, el aspirante repuso:
–Ha sido agotador. Traté incansablemente de pensar en algo que no fuesen monos, pero los monos iban y venían por mi mente sin poderlo evitar. En realidad, llegó un momento en que sólo pensaba en monos.

*El Maestro dice: La mente es amiga y enemiga; es una mala dueña, pero una necesaria aliada. Por eso es necesario adiestrarla, para poner la mente bajo el yugo de la voluntad.

Si estas reflexiones te han servido para acercarte más a la idea de la meditación, asómate a nuestro blog y te esperamos en el próximo post.
Mientras tanto disfrutemos de vivir a la deriva, con lo que las mareas nos deparen observando la mente.
Y sobre todo: ¡no te creas nada de lo que te contamos, obsérvalo por ti mismx!

>> Descubre qué son y cómo funcionan nuestros GIM\’s (Grupos de Investigación en la Meditación)<<

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