En budismo tibetano, una iniciación es el ritual mediante el cual, los maestros tántricos capacitan al discípulo para una determinada práctica meditativa. El valor de la Iniciación viene dado por su característica de ser una enseñanza directa de Buda Shakyamuni y por la fuerza añadida de la práctica ininterrumpida durante más de 25 siglos de todo el linaje de maestros predecesores del maestro de quien vas a tomar esta Iniciación, obteniendo todas sus bendiciones.
En ella se transmite una energía específica, para que posteriormente el discípulo la pueda desarrollar. La realización de la sadhana, la recitación del mantra, la visualización de la deidad y la autogeneración son las prácticas que permite la Iniciación. Este conjunto de ejercicios meditativos, ayudan al discípulo a acercarse diariamente a su mente búdica.
Implicarse en la recitación diaria de mantras es una de las mejores maneras de proteger a la mente de apego, ira e ignorancia. Dicen los tantras que los beneficios son incalculables. Entre otros efectos positivos destaca el hecho de que la vibración que genera el meditador durante la recitación, permite a la mente conectarse con su propia positividad, generando atmósferas propicias para el desarrollo de los valores espirituales.