Testimonio de Delia tras su voluntariado en Nepal

Os presentamos a Delia Oller y sus amigos, Marcos Ribes y Ana Sánchez, que compartieron unos días de Junio en el orfanato Snow Manjushree School, Orfanato con el que colaboramos enviando voluntarios.

Se llevaron el corazón y la complicidad de muchos de los chicos (sobretodo los adolescentes), forjando una gran amistad.

Mi experiencia como voluntaria este verano en Nepal ha sido increíble. Al principio de sumarme a esta aventura estaba un poco nerviosa ya que no sabia si iba a ser muy dura o si realmente iba a estar a la altura. Pero cada día disfrutaba más.

Es una experiencia que recomiendo a todo el mundo que haga, ya que creo que llena mucho como persona y refuerza unos valores que aveces olvidamos. En concreto recomiendo este voluntariado ya que mas que voluntarios no hemos
sentido parte de la familia de ahí. Tuvimos la oportunidad de convivir con ellos una semana, y seguir su día a día. Comíamos con ellos, jugábamos con ellos, aveces les dábamos clase…
Creo que esa es una de las ventajas que tiene este voluntariado en general, que te integras tanto dentro de ellos que al final y al cabo te sientes uno mas. En pocos sitios duermes en el mismo lugar de las personas que estas ayudando y eso es algo importante y que hace que haya mas conexión.
Pero sin dejar de comentar, que también tuvimos nuestro tiempo libre para poder visitar aquella ciudad tan maravillosa.

Como conclusión, era mi primera vez en un voluntariado y he salido encantada. Nunca pensaba que personas que viven en condiciones peores que las tuyas, te ayudarían a ti sin darte cuenta. Los niños del voluntariado son todos encantadores y están todos llenos de amor y alegría. Algo que me sorprendió fue que, no necesitan mucho para ser felices y con cualquier cosa ya sonríen. En cuanto pueda me encantaría volver al colegio, les prometí que volvería y así será. Por último el colegio esta ubicado en uno de los mejores sitios de Katmandu. Con vistas a toda la ciudad maravillosa.