Celebrando la vida

Cada acto de Voluntariado se puede convertir en una celebración. A la vida, a la alegría, a la conexión desde el corazón y a muchas cosas más.. Es lo que nos transmite nuestra querida Amaia Helguera a través de su escrito y de las fotos de su estancia con los chicos en SChHome y SMSchool el pasado octubre. 

Muchas gracias Amaia!

Disfrutadlo!

“El verano pasado decidí que en 2019 me tomaría un año sabático y así ha sido. He conocido muchos países, culturas y lo que más me ha enriquecido han sido los encuentros con las personas. 

Llegué a Nepal por “causalidad” y sin saberlo me esperaba una experiencia hermosa de esas que quedan por siempre en el corazón.

Kathmandú es una locura de tráfico, bocinas y polvo pero cuando entras en Boudhanath el espacio-tiempo se detiene, es un lugar en el que respiras paz.

Me quedé una semana en el orfanato de Sangha Activa, Children’s Home, con los niños que no tenían familia a la que regresar durante las fiestas de Diwali o Festival de la luz. Es un festival lleno de luces, música y bailes y cada día después de cenar caminamos con otras decenas de personas alrededor de la Estupa haciendo nuestra Kora y viendo los grupitos locales que cantan y bailan.

Ellos son Preeti, Fura, Tilak, Kumar, Deepak, la dulce Manju, la mami que los cuida y Kamal, el Appa o papá lleno de energía que los organiza. Entre todos compartimos unos lindos y soleados días en los que fui como su hermana mayor, un gran regalo para mí poder conocer sus costumbres y sobre todo su gran corazón e inocencia.

Es maravilloso ver cómo se apoyan entre ellos. Por ejemplo el primer día de trabajo de Deepak, todos comimos a las 9 am para acompañarlo… Sí, sí, lunch a las 9.. y como habíamos hecho yoga de 7 a 8,30 se me juntó el café del desayuno con el arroz y verduras del almuerzo.

Visitar los templos o el palacio real con ellos ha sido toda una aventura, tomando buses locales en los que yo era la única extranjera, caminando por las polvorientas calles hablando de la vida. Han sido días de compartir sueños e historias en las comidas, deleitarnos con comida real nepalí en lugares auténticos no turísticos y vivir el día a día como si ya fuera parte de su familia, con naturalidad y cercanía.

Son humildes, generosos, amables, poseen grandes valores y son muy agradecidos, es tan fácil sentirse acogido aquí que de repente ha pasado una semana sin darme cuenta… mañana me voy y ya siento nostalgia. Hoy es su primer día de escuela, con sus uniformes recién planchados han salido después de almorzar..a las 8 de la mañana, esta vez solo les he acompañado con el café, mi estómago aun no se había despertado. Y mientras escribo estas letras mi corazón me dice que volveré.

Mañana me esperan en Snow Manjushree School, otro proyecto en el que la Sangha colabora y donde Lama Dhundup acoge a 100 niños a los que les ha proporcionado un hogar. Voy con muchas ganas de seguir aprendiendo con ellos abriendo mi corazón”.