Oportunidades que florecen en la dificultad

Ofreces tu tiempo, tu entusiasmo, compartes tu afecto con personas que acabas de conocer. Y la experiencia te va transformando y lo que empiezas a recibir supera tus expectativas, porque ni es material ni perecedero. Va más allá de tiempo y espacio y te reafirma en tu compromiso de ayudar a los demás.

Cristina Jimenez estuvo colaborando en el orfanato de Lama Dhundup, y también fue a visitar a los chicos de SChHome. Las vacaciones escolares de los niños cambiaron sus planes iniciales de voluntariado, y fueron pasando cosas… Aquí podéis leer su experiencia y ver las imágenes que nos ha enviado.

¡Muchas gracias, Cristina!

“Me dirigía hacia el orfanato Snow Manjushree School con muchas ganas e ilusión de poder colaborar con ellos. Mi llegada fue bien recibida, pero en ese momento me sentí un poco desorientada, ya que a medida que nos íbamos acercando a la escuela nos encontrábamos con niños muy risueños que se iban, acompañados de su familia. Al llegar seguí viendo la misma escena, niños que recibían muy felices la llegada de sus familiares.

Allí, después de una agradable bienvenida tanto de parte de los niños como de Mentok, me explicaron que justamente hoy la mayoría de los niños se iban con sus familias, muchos a poblados lejanos, ya que empezaba la fiesta más importante de Nepal, el Diwali. Me dijeron que algunos de los niños se quedaban, ya que tenían muy difícil volver a casa por diversas situaciones y que siempre seria bienvenida para estar con ellos, fuera los cien habituales o los pocos que quedarían durante las vacaciones.

Mi estancia empezó de una forma muy distinta a la esperada, pero desde el principio me sentí muy acogida por los niños.

En ese momento, se modificó la colaboración que estaba planeada. Pasé muchas horas con los niños, que durante ese mes no siguieron su rutina habitual, al estar la mayoría de sus compañeros fuera.

Dormía en la escuela, así que me habitué a su ritmo. Jugábamos, hacíamos deberes, salíamos a pasear, compartíamos muchos ratos en la escuela y fuera de ella.

En todo momento, Mentok y Lama Dhundup querían hacer sentir a los niños como si estuviesen en casa y en esto intentaba colaborar yo también.

Observé también los trabajos de mantenimiento que se llevaban a cabo cuando los niños no estaban y en qué se podía colaborar.

Hay que ser consciente de lo que puede pasar cuando se va a un sitio como éste un tiempo limitado y no demasiado largo: la adaptación de ellos conmigo y mi integración en su día a día podía llevar su tiempo. Pero desde el principio me hicieron sentir como una más de la familia, porque aquellos días todos ellos formaban una gran familia.

De la misma forma que tú intentas aportar, ellos a ti también te aportan y te enseñan mucho. Fui una voluntaria totalmente diferente, pero tuve la oportunidad de conocer y compartir muchas cosas con aquellos niños que pasaban esa gran festividad en el mismo sitio donde habitualmente hacen clase y reciben su educación sin perder la sonrisa. Sitios como estos aportan esto tan importante a muchos niños que difícilmente podrían acceder a ello.

También tuve la oportunidad de visitar dos días diferentes, a los niños y no tan niños de Sangha Children’s Home, un día acompañada por los niños de Snow Manjushree y otro día sola. El sitio y el espacio es fantástico y la organización que tienen entre ellos muy buena. Pude hablar con algunos de los que no estaban fuera de vacaciones y la verdad es que son unos jóvenes geniales, curiosos e inquietos con los que puedes intercambiar conocimientos y experiencias.

Conocer estas dos entidades me ha enseñado mucho y sobre todo me ha hecho reflexionar. Si te animas, tienen muchas formas de colaborar. Sobre todo me llevo lo que te enseñan los niños y los momentos compartidos con ellos junto con las ganas de saber como están y de seguir conociendo como siguen las cosas en ese rincón de Nepal”.